5.1.06

La Traquedia

Como el conde Mácula, se trata de otro peluche vendido a "Mundo de Tinieblas", aunque este no tenga colmillos y una lista de vástagos a la espalda... por no hablar de Triki, intentando hacerle la diablerie para subir de generación y acabar con su lamentable estatus.

Porque es realmente patético alguien que no es capaz de comerse ni una puta galleta. Y es que en pocos personajes míticos se dio la magistral conjunción de bulimia y diabetes. Quizás los eligió como "desventajas" en el proceso de creación de su personaje licántropo. Sí, licántropo, con ese pelaje, la mirada extraviada y la bestia acechando en sus entrañas traperas cualquier migaja de oreo. ¡Vamos, que se le salía el corazó del pecho al joputa cuando veía una campurriana!

Verdaderamente, en el venazo freak presente en la mayoría de los peluches de Barrio Sésamo, nos resulta difícil decantarnos por Traque. Porque había una dura competencia entre aquellos secundarios creados en una noche mal pedo; y si no, fijaros en aquel extraño bicho verde con el síndrome de Diogenes que vivía en un cubo de poagre, al que no dieron una vivienda digna.

Pero Traque... joder, es que es un peluche patético que vive ¡a la sombra de otro peluche patético! Porque el parentesco con Triqui era claro (con Super Idas-de-Coco no tanto, pero también). Era el hermano marginal, probablemente exconvicto, de un adicto a los carbohidratos, que tuvo que meterse como sparring en el mundo de las peleas ilegales (¿a cuento de qué sino aquellos calzones de rasete, de púgil de pacotilla, y la porreta inflada a hostias?) Por todo esto, le dedicamos este post-mortem.

3 comentarios:

Raisah dijo...

O pones una foto del bicho en cuestión, o yo no me entero tío xD

Y el bicho que vive en la basura es ÓSCAR!!!!!

Heriss dijo...

Secundo la moción. ¡¡¡QUEREMOS FOTO YA!!!

Artorius Magister dijo...

Tendré que esperar a que vuelvan a abrir la biblioteca de mi barrio para colarme en la sección infantil, sustraer los tebeos educativos de Barrio Sésamo y escanear al susodicho ser...
Sí, la vida de los reprteros es dura, pero tiene sus recompensas.